Hay trayectorias profesionales que no se entienden sin un mapa. Y hay otras, como la de Adrián Gallardo, que solo se comprenden cuando uno acepta perderse para encontrar su propio camino. La entrevista completa con él en el podcast de Talent Match es un viaje en sí mismo: desde sus inicios en Deloitte hasta su rol actual como director de operaciones de Aticco Lab, pasando por una vuelta al mundo, una startup en México, aprendizajes duros, exits e incluso un juicio.
Aprender haciendo (y equivocándose)
Adrián comenzó su trayectoria en el mundo corporativo, pero su verdadera escuela fue emprender. Primero en México con Trendy Corp, una empresa de merchandising B2B que llegó a trabajar con gigantes como Nestlé, Google o Mercedes, y más adelante transformada en Brand Factory, un SaaS marketplace con vocación internacional. De ese proyecto aprendió lo mejor y lo peor del crecimiento: tensiones de caja, importancia de la ejecución, la necesidad de pivotar rápido y sobre todo, que el volumen lo cambia todo.
Pero el aprendizaje más transformador llegó con Subo, una startup tecnológica que fundó con varios socios y que terminó cerrando tras un conflicto legal entre cofundadores. Un momento de máxima presión que lo llevó, literalmente, a perder todo el pelo por estrés. Sin embargo, Gallardo lo resume con claridad: “O ganas o aprendes. Y más vale que aprendas, porque si no pierdes dos veces.”
Lo que realmente importa: socios, propósito y conexiones
A lo largo de la conversación, Adrián no romantiza el emprendimiento. Todo lo contrario: pone sobre la mesa lo que muchos prefieren omitir. El peso emocional, la dificultad de gestionar relaciones entre fundadores, los errores al levantar rondas sin una estrategia clara o la necesidad de rodearse de mentores que ya hayan recorrido el camino.
Defiende un modelo donde el propósito esté por encima del dinero. “Emprender solo por pasta no tiene sentido, porque las cosas van a ir mal antes de que vayan bien, y si no hay algo más grande, lo vas a abandonar.” Por eso insiste: rodéate de la gente adecuada, encuentra tu porqué y ten conversaciones incómodas antes de que sean urgentes.
Tres talentos que todo emprendedor necesita
Adrián lo tiene claro. Para emprender con éxito se necesita:
- Resiliencia: seguir adelante aunque el barco se hunda.
- Capacidad de venta: vender tu visión, tu producto, tu equipo.
- Autoconocimiento: gestionar relaciones, emociones y decisiones con inteligencia emocional.
Acceleración real: lo que hacemos en Aticco Lab
Hoy, desde su rol en Aticco Lab, Adrián lidera un modelo de aceleración basado en la práctica, no en la teoría. Un acompañamiento profundo de seis a ocho meses con solo tres startups por edición, donde se entra hasta la cocina de cada proyecto. No hay verticales favoritos ni fórmulas mágicas, solo compromiso real con cada founder.
Además del acompañamiento estratégico, el programa incluye inversión, acceso a una red de más de 200 advisors y la posibilidad de recibir financiación posterior desde el fondo propio de Aticco Lab. “Yo hago el programa que me hubiese gustado tener cuando empecé”, afirma Gallardo.
Cierra el círculo: dar para recibir
La entrevista también deja claro algo fundamental: la historia de Adrián no es una excepción, es un espejo para muchas trayectorias emprendedoras. En cada anécdota, hay una lección; en cada error, una herramienta de futuro. Y eso es exactamente lo que hoy ofrece a los emprendedores: una combinación de experiencia vivida, empatía y estructura.
“Yo no soy el más rico del mundo, pero tengo claro que lo que más valor tiene es rodearte de gente con propósito y aportar valor a otros.”
👉 Puedes ver la entrevista completa realizada por Talento Match a Adrián Gallardo al final de este post.